martes, 19 de julio de 2016

La Oruga y Mariposa

Mantener viva la intención es lo que me motiva hoy a escribir estas palabras. Luego de mi primera sesión de renacimiento se han movido muchas cosas. No sé si guarda una relación directa con el acontecimiento, pero he tenido conversaciones muy profundas con cada uno de mis padres y en ellas me he sentido con la capacidad y el deseo de expresarme libremente, sin temor ni resentimiento. Sin embargo consciente o inconscientemente, he tocado viejas heridas que, si bien considero ya no sangran, comprendí que aun duelen y que necesito sanar con ellas.

He tenido también acceso a un vaivén de ideas brillantes, que me han devuelto un aire fresco de cómo edificar mi proyecto de vida en función a mi propia filosofía, metas y aspiraciones. Me he encontrado entusiasta, con una visión emprendedora y con una creatividad desbordante, viendo oportunidades valiosas en distintos ámbitos a mi alrededor.

Lo cierto es que desde entonces me he mantenido en una montaña rusa de sentimientos y emociones, he recorrido vastos espacios de mi consciencia buscando darle cabida a todo y al mismo tiempo queriendo encontrar un poco de paz en la simplicidad del ahora, queriendo avanzar un poco más en mi espiral hacia el cielo, partiendo de que todo lo que se me está presentando es una oportunidad de crecer.

Me preparo entonces para salir al trabajo y en medio de mi baño matutino aparece en mi conciencia un mensajero del Gran Misterio para entregarme su mensaje: una oruga, negra y marrón, con espinas, subiendo por la puerta de la ducha. Sentí cierto temor al verla, pero inmediatamente entendí que algo venía a decirme, que por algo estaba allí, y una vez más me apoyé en google para investigar.


La oruga y mariposa  simbolizan la metamorfosis de la evolución, manifiestan el anhelo del ser humano por entrar en una experiencia divina, experiencia que se logra a través de la muerte, una muerte que no tiene sentido si no es para renacer a otra manera de vivir. El gusano tras mucho esfuerzo y trabajo personal se trasforma para dar paso a una vida nueva. Así pues, el final del proceso de metamorfosis del gusano y mariposa explica claramente el sentido de este camino de trasformación personal y espiritual del ser humano, que busca lograr una unión con lo Divino.

En el desarrollo personal y espiritual de todo ser humano existe un proceso al que se le llama ‘La Noche Oscura del Alma’.


Las vivencias dolorosas dan lugar a crisis de mayor o menor magnitud, que derivan en un encontrarse perdido y sin respuesta de la vida, sin mecanismos para generar nada. Parece que de golpe todo se apagó, nace una sensación de estar solo, sin guía personal ni trascendente. Sin embargo toda crisis tiene su motivo de ser. Lo importante es conocer que se está en ella y saber de qué manera uno puede sostenerse en la tormenta, más allá de pensar en lo que va encontrar cuando llegue la calma.

Ahora bien, el alma nos brinda una conexión a nuestro mundo interior, a nuestra individualidad como seres. Esa individualidad nos permite conectar hacia adentro con nosotros mismos, con nuestro propósito en la vida, nuestra dirección, nuestra voluntad. Quiénes somos y qué vinimos a hacer reside en el alma de cada hombre y mujer, es una cuestión puramente personal, pues nadie más puede conocerlo con más exactitud que uno mismo.

La fase de ‘noche oscura’ sucede cuando esa conexión ‘aparentemente’ se pierde. Esta desconexión puede venir por una decisión personal, consciente, de dar un giro a su vida y con ello entrar en esta fase de oscuridad, o bien por un suceso que cambia por completo su realidad y le obliga a redefinirse. El proceso de ‘noche oscura’, con esa desconexión, nos está describiendo lo siguiente: acontece en nosotros un enfrentamiento con nuestra propia sombra. Lugares de nuestra psique que, por simple evolución, deben ser desechadas por inservibles. Pero primero se necesita ser consciente, para luego deshacerse de ellas. Aunque más bien no es un ‘deshacerse’ sino un ‘traer a la luz’. Se iluminan zonas que actuaban sin saberlo y se sustituyen o remiendan por otras nuevas que serán más útiles para su futuro.

Emerge una sensación de soledad, de no estar apoyado, ni ser oído, ni ser sustentado. La vida no ofrece respuestas como antaño. Lo material no ofrece feedback alguno. Es realmente un proceso único y personal, un tránsito por el desierto y nadie puede imaginar la sed que usted tiene, un proceso que pide inevitablemente un ‘Acto de Fe’. Confiar en que ese proceso es necesario, que debemos irremediablemente rendirnos ante sus circunstancias. ‘Rendición’ en tanto se viva la transición con sus tiempos y esperar a que el temporal amaine. Entretanto, sobrevivir, sabiendo que del tránsito por la máxima oscuridad se accede a la luz. Usando lo que en nuestra oscuridad es una traba, accedemos a una mejor fase en nuestra existencia.

En la naturaleza, esto se asemeja a la metamorfosis de la oruga a mariposa. La oruga precede a la mariposa. Es un estado previo a ella. En su consciencia de oruga, no es capaz de imaginar una vida como mariposa y, por ejemplo, como debe ser abandonar el suelo para desplazarse por el aire o dejar de roer hojas para alimentarse de néctar. En un momento de su existencia, por trayectoria vital se envuelve en una crisálida y, como un acto de fe, deja que su propia información interna la transforme.

Esa fase es La Noche Oscura del Alma.

El resultado de esa crisis, de esa ‘muerte’ temporal, es un renacimiento en unas condiciones muy diferentes, una nueva consciencia, una nueva vida. Por lo tanto, si se esta transitando por una ‘noche oscura’, es importante no decaer. Llorar, sentir, dejarse llevar por la tormenta. ¿Quién sabe qué paraíso nos espera? La oruga, sacrifica al gusano, para darle nacimiento a la mariposa, así nosotros, sacrificamos y desechamos nuestro viejo yo, para darle paso a una mejor persona, más bella por dentro y por fuera.


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Enlace relacionado
http://www.elblogalternativo.com/2014/10/31/la-noche-oscura-del-alma-de-oruga-a-mariposa/



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