La vejiga es el recipiente en el que la orina, es decir,
todas las sustancias desechadas por los riñones, esperan poder salir del
cuerpo. La presión que provoca la orina acumulada impulsa a la evacuación, la
cual produce un alivio. Todos sabemos por experiencia que muchas veces las
ganas de orinar están relacionadas con determinadas situaciones. Siempre son
situaciones en las que el individuo se encuentra bajo presión psíquica, ya sea
un examen, un tratamiento o condiciones similares que generan ansiedad o
tensión. La presión, experimentada primeramente en el plano psíquico, pasa al
plano físico y se manifiesta en la vejiga.
La presión siempre nos insta a soltar y relajarnos. Cuando
somos incapaces de atender esta llamada en el plano psíquico, tenemos que
hacerlo a través de la vejiga. De este modo se experimenta claramente la
magnitud de la presión de una situación, cuan dolorosa puede llegar a ser si no
se la libera y que alivio se siente al liberarla. Además, la somatización
permite transformar la presión que se experimenta de modo pasivo en una presión
activa, puesto que, con el pretexto de ir al aseo, puede interrumpirse y
manipularse casi cualquier situación. El que tiene que ir al aseo siente una
presión, y al mismo tiempo, la ejerce: eso lo sabe el estudiante tan bien como
cualquier paciente y siempre, inconsciente pero infaliblemente, recurre a este
síntoma.
La relación entre síntoma y manipulación de poder, que está
especialmente clara en este caso, desempeña también un papel importante en todos
los síntomas. El enfermo siempre tiende a utilizar sus síntomas como medio de
presión. Con esto abordamos uno de los más grandes tabúes de nuestro tiempo. El
afán de dominio es un problema básico del ser humano. Mientras el individuo
tiene un Yo ansía dominar. Cada «… pero yo quiero», es expresión de este afán
de dominio. Ahora bien, dado que, por otra parte, el poder se ha convertido en
un concepto muy negativo, los humanos se sienten obligados a disimular su
juego. Son relativamente pocas las personas que tienen el valor de declarar y
asumir abiertamente su ansia de poder. La mayoría trata de imponerse
indirectamente. Para ello utiliza ante todo los medios de la enfermedad y el
desamparo social. Estos medios son relativamente seguros: no serán cuestionados
porque los procesos funcionales y el medio social están por encima de toda
sospecha.
Dado que casi todo el mundo utiliza, en alguna medida, estos
medios para sus propias estrategias de dominio, a nadie interesa que sean
desenmascaradas y toda tentativa dirigida a este fin es rechazada con viva
indignación. Nuestro mundo es coaccionable por la enfermedad y la muerte. Por
medio de la enfermedad casi siempre puede lograrse lo que, sin síntomas, nunca
se conseguiría: atención, compasión, dinero, tiempo libre, ayuda y poder sobre
los demás. Este beneficio secundario de la enfermedad, que se consigue
utilizando el síntoma como instrumento de dominio, no pocas veces impide la
curación.
El tema del «síntoma como expresión de dominio» esta patente
en la enuresis. Si durante el día el niño está sometido a una presión tan
fuerte (padres, escuela) que no puede relajarse ni formular sus propias
pretensiones, la enuresis nocturna resuelve varios problemas a la vez: permite
la relajación de la presión sufrida y, al mismo tiempo, proporciona la
oportunidad de hacer que los padres, siempre tan fuertes y poderosos, queden
reducidos a la impotencia. Por medio de este síntoma, el niño, encubiertamente
desde luego, responde a la presión que soporta durante el día. Y no hay que
olvidar la relación existente entre la enuresis y el llanto. Ambos sirven para
descargar una presión interna. Por lo tanto la enuresis podría describirse
también como un «llanto inferior».
En todos los demás síntomas de la vejiga intervienen los
temas comentados hasta ahora, en la cistitis o inflamación, el escozor al
orinar indica claramente cuanto duele al paciente «dejarlo correr». Las
frecuentes ganas de orinar sin evacuación de líquido o con una evacuación
mínima denotan incapacidad de desasirse de un tema, a pesar de la presión. En
todos estos síntomas, hay que recordar que las sustancias o, en su caso, temas que hay que dejar correr,
ya están pasados y no representan más que lastre.
ENFERMEDADES DE LA VEJIGA
Las afecciones de la
vejiga plantean las siguientes preguntas:
|
Extraido del libro "La enfermedad como camino". Autor: Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario