Es importante limpiar periódicamente
nuestras piedras tanto por la energía que recogen del entorno como por la misma
energía nuestra que absorben y nos ayudan a canalizar y liberar.
Una forma de limpiar y
energizar las piedras es colocarlas en un cuenco de cristal con sal marina
gruesa y agua, si es agua de mar mejor, y colocarlas a luz de luna durante una
noche, y retirarlas al amanecer antes de que le den los rayos de sol, o
colocarlas a la luz del sol durante un día y retirarlas al atardecer antes de
que aparezca la influencia de la luna, y secarlas con un pañito blanco. Va a
depender del tipo de piedra que sea: luna o sol.
Existen piedras que por su composición
no se pueden sumergir en agua, por lo que otra técnica es pasarlas unas 7 veces
por humo y luego colocarlas en seco a energizar con la luz de luna o sol
respectivamente.
De esta manera se potencia su
poder y están listas para hacer su función. De cierta forma se habla más de
alimentar y revitalizar la piedra que de quitarle energías negativas.
Se pueden limpiar varios tipos
de piedras juntas al mismo tiempo cuidando no mezclar las piedras de sol con
las de luna puesto que se van a energizar con luz diferente. Se recomienda que
la luz sea directa y no a través de ventanas por la interferencia del vidrio.
Algunas piedras quedarán
limpias en una sesión, otras sin embargo necesitarán más tiempo. Para comprobar
si la piedra se ha limpiado correctamente, la cogemos con nuestra mano
receptiva, si la energía es serena y regular, la piedra está limpia, sino habrá
que darle más sesiones hasta que la sintamos así. Es conveniente que todas las
sesiones sean en días seguidos.
También se puede limpiar
tomando la gema con la mano derecha, acercándola a nuestro chakra corazón y
darle nuestra energía.
La mayoría de las piedras de
color negro, marrón, naranja, rojo, amarillo (piedras asociadas a los chakras
inferiores 1, 2 y 3) se cargan con energía solar. Y las piedras de tonalidades
blancas, celestes, violetas (asociadas generalmente a los chakras superiores 5,
6 y 7) se cargan con energía lunar. En tal caso la carga puede realizarse
cuando la Luna está en fase creciente o llena, y puede realizarse durante
varias noches, para que la piedra absorba la energía de los diferentes días de
la semana.
Con el tiempo y el uso las
piedras estas pueden ir perdiendo sus propiedades y contaminándose con el
entorno por lo que es conveniente al menos una vez cada dos meses lavar las
piedras con algunas de las formas antes mencionadas y luego de esto enterrarlas
durante una semana bajo un manto de tierra no demasiado profundo (de unos 4 o 5
centímetros aproximadamente). Lo mismo da que la tierra esté en una maceta dentro
de nuestra casa o en un campo, pero si es en un campo o jardín mejor. Pasado
este tiempo estarán listas para ser usadas de nuevo y se habrán cargado
nuevamente con toda la energía de la madre tierra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario