La vida es más sencilla que un fuerte en puyas. Somos
nosotros quienes la complicamos navegando en las fauces de un pensamiento
revuelto, acostumbrado a la repetición de patrones nocivos día tras día. Si
la efectividad de nuestro poder está en el momento presente, podemos
sorprendernos a nosotros mismos accionando en este día de una manera diferente
a la habitual y así tener la oportunidad de cosechar un resultado diferente.
Tan simple y difícil de entender a la vez, que, si quedas atrapado bajo una
montaña de arena, la única opción es escarbar y subir, ya que la otra seria la
muerte, y me atrevo a asegurar que el anhelo más profundo de cada corazón es
vivir.
Así pues, recoger coraje para apartar toda esa arena, no
importa cuánto tarde ni cuán difícil sea, el sol y el viento esperan poder acariciar
nuestra piel y recordarnos que todo está bien, que solo era una prueba más.
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